En España, la llegada de las Fintech ha facilitado el acceso a servicios de financiación como los créditos y los préstamos. Así, todos podemos disfrutar de alternativas más flexibles y accesibles que los créditos bancarios, que generalmente presentaban unos criterios de concesión bastante estrictos y rigurosos.
Sin embargo, todavía hay mucha gente reticente a solicitar un crédito, ya que tras la crisis vivimos obsesionados con el ahorro y tenemos incluso miedo a gastar. En ese sentido, es importante entender que la clave no está en ahorrar o en gastar más, sino en aprender a gestionar mejor nuestro dinero. El gasto es un importante dinamizador de la economía, y saber gastar es tan imprescindible como saber ahorrar.
Para ello, lo primero que debemos tener claro es nuestro nivel de solvencia, para saber si deberíamos ahorrar, si podemos gastar para darnos un capricho o incluso si podemos endeudarnos sin tener problemas para pagar las distintas cuotas. Si tenemos todo eso claro, pedir un crédito o un préstamo no debería ser ningún problema, pero, para asegurarnos, es mejor que recurramos a una compañía que, como Creditea, practique el responsible lending. ¿Queréis saber en qué consiste?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, para que el responsible lending sea posible, no basta con que el usuario tenga toda la información, sino que es necesario que el usuario comprenda esa información y sea en todo momento consciente de sus derechos y de las responsabilidades que contrae al contratar un crédito. A partir de ahí, una compañía que practique el responsible lending debe actuar siempre bajo estos tres principios:
Ética: Si nuestro nivel de solvencia no nos permite endeudarnos y pagar con comodidad un crédito, entonces una empresa que practique el responsible lending nunca nos concedería el crédito, ya que nos supondría un problema y seguramente acabaríamos endeudándonos más. Por eso, este tipo de empresas nunca prestarán créditos a personas que estén en listados como el de ASNEF, ya que, si estamos en un listado de morosos, es mejor que intentemos pagar nuestras deudas y mejorar la gestión de nuestras finanzas antes de endeudarnos más.
Responsabilidad: Actuar con responsabilidad implica ser consciente de que el servicio que ofreces es necesario, por lo que tu modelo de negocio se basará siempre en ofrecer el mejor producto a tus clientes. Por ello, este tipo de compañías intentan que sus clientes siempre puedan pagar y, en caso contrario, establecen una cantidad máxima que pueda alcanzar la deuda, evitando así que un cliente se endeude indefinidamente.
Transparencia: Por último, pero no por ello menos importante, estas empresas son siempre transparentes, y nos ayudarán a ser conscientes de todo lo que conlleva solicitar un crédito. Igualmente, estas compañías facilitan la atención al cliente, algo que suele venir muy bien cuando tenemos dudas o preguntas sobre alguna cuestión. Como decíamos antes, no basta con tener toda la información, sino que esta debe ser sencilla y fácilmente comprensible.
Una de las principales ventajas de los créditos actuales es que nos ofrecen una gran agilidad, ya que pueden ser concedidos en apenas unos minutos. Esto sin embargo no implica que esos créditos no sean responsables, ya que, actualmente, la tecnología con la que cuenta el sector Fintech es la que hace posible el ideal de responsible lending. Veamos cómo.
Hoy en día, cuando vamos a solicitar un crédito online, tenemos que certificar nuestra identidad. Con un sencillo proceso, la Fintech podrá comprobar que no se trata de un fraude y que al otro lado de la pantalla no está una persona que se está intentando hacer pasar por nosotros.
A partir de ahí, toda su tecnología permite analizar en unos instantes nuestra situación y nuestro nivel de solvencia, comprobando en un momento si podemos endeudarnos y adaptando el producto en función de nuestras necesidades.
Gracias a ello, si acudimos a una empresa que practique el responsible lending, podremos saber rápidamente si podemos y si debemos endeudarnos y, así, afrontar un crédito con la seguridad que nos da el saber que vamos a poder pagarlo.
Además, este tipo de empresas suele premiar a los buenos clientes. Así, si pagamos puntualmente nuestras cuotas mensuales, es muy posible que aumenten la cuantía del crédito concedido, que amplíen los plazos para pagarlo o que incluso nos reduzcan el interés. De esta manera, se establece una relación a largo plazo basada en la mutua confianza y positiva para ambas partes.
Actualmente, hay multitud de entidades dedicadas a la concesión de créditos y préstamos al consumo, y en ocasiones puede ser difícil distinguir a las que practican el responsible lending de las que no. Para ello, lo mejor es fijarse muy bien en los criterios de concesión y en las condiciones de un préstamo, ya que esos dos aspectos nos van a permitir saber con bastante fiabilidad si la empresa actúa con ética, responsabilidad y transparencia.
Así, aunque es importante que todos podamos acceder a fuentes de financiación, hay ocasiones en las que pedir un crédito puede no resultar una buena idea, especialmente si nuestro nivel de solvencia no es el necesario como para afrontar el pago de la deuda.
Por eso, cuando se anuncia por ejemplo un crédito rápido y sin documentación, deberíamos desconfiar, ya que una empresa que practique el responsible lending lo primero que hará será pedir que nos identifiquemos para poder analizar nuestra situación y ayudarnos a diseñar las mejores opciones de financiación según nuestra situación.