Préstamos personales, créditos al consumo, hipotecas, créditos prendarios… ¿y ahora también créditos revolving? ¿En qué consiste esta categoría de crédito con nombre anglosajón? ¿Nos conviene o son mejores otras fórmulas de préstamo? A continuación, te contamos cinco cosas sobre esta opción de financiación para que no te queden dudas sobre su naturaleza y uso.
1. Con el crédito revolving solo se abonan intereses por el importe retirado
El crédito revolving, a pesar de que se comercialice con un nombre tan exótico, no es otra cosa que una línea de crédito como las que ofrecemos en Creditea. Esto es, se trata de una póliza de crédito que un cliente suscribe con una entidad financiera y se caracteriza por su naturaleza rotativa: se concede un límite de crédito determinado que el cliente podrá utilizar total o parcialmente y, conforme se vaya restituyendo la cantidad inicial, el cliente podrá disponer otra vez de la cifra inicial concedida durante un período concreto.
Una de sus características es que no se pagan intereses más que por la cifra retirada en lugar de por el importe completo del crédito. Por ejemplo, si se nos ha concedido un préstamo revolving de 3000 euros, pero un mes determinado necesitamos solamente emplear 1200 euros, cuando devolvamos los 1200 euros más los intereses correspondientes que se devenguen, volveremos a disponer de los 3000 euros concedidos inicialmente, para que podamos utilizarlos si nos sobreviene otra necesidad puntual de liquidez.
Asimismo, otra de las diferencias que separan estos créditos de las tarjetas de crédito es que el dinero prestado se transfiere directamente a nuestra cuenta bancaria, en lugar de disponer de él a través de una tarjeta con la que podemos efectuar compras o retirar el efectivo correspondiente. Con la tarjeta, si tuviéramos que hacer frente a un pago domiciliado, tendríamos que sacar el dinero e ingresarlo en nuestra cuenta bancaria para que se nos cobrase ahí el recibo, mientras que con los créditos revolving, el dinero llega directamente a nuestra cuenta, lo que nos ahorra quebraderos de cabeza y molestias en este sentido.
2. También se los conoce como créditos revolventes o créditos rotativos
Aunque su nombre anglosajón pueda resultarnos algo ajeno al principio, las entidades financieras también los comercializan bajo el nombre de créditos revolventes o rotativos. Como decíamos en el punto anterior, su nombre proviene de su carácter rotativo o renovable. Conforme se va efectuando la devolución del importe retirado, se recupera la cantidad inicial concedida de la línea de crédito.
3. El crédito revolving se caracteriza por la flexibilidad en su devolución
Los créditos revolving se diferencian fundamentalmente de una de las alternativas habituales, las tarjetas de crédito al uso, en que no es necesario hacer un pago fijo estipulado a final de mes, sino que ofrecen la posibilidad de pagar el importe prestado de una forma mucho más flexible, o amortizar la deuda de forma anticipada si así lo preferimos.
4. Existen las llamadas tarjetas revolving
Además de los créditos propiamente dichos, algunos bancos ofrecen tarjetas de crédito revolving, cuyas características pueden resumirse en que las compras o las retiradas de efectivo que se realizan con ellas quedan aplazadas hasta el mes siguiente, por lo que se puede disfrutar de liquidez incluso aunque no se disponga de dinero en el banco en ese momento. Por lo tanto, su funcionamiento es muy parecido al de las tarjetas de crédito de toda la vida: el límite de la tarjeta de crédito se reduce con las distintas compras que se efectúan a su cargo y se restablece con los abonos que se realizan mensualmente.
En líneas generales, el cliente puede elegir dos modalidades de pago con estas tarjetas:
a. Pago fijo
Se paga una cantidad mensual fija, que dependerá de las condiciones específicas contratadas (algunas entidades, como, por ejemplo, BBVA, suelen imponer cifras entre los 20 y los 200 euros).
b. Pago según un porcentaje
El titular de la tarjeta abonará mensualmente un porcentaje del importe utilizado. Ese porcentaje dependerá de unos mínimos y máximos que se establecerán según las condiciones de la tarjeta que se hayan suscrito con la entidad bancaria; los límites habituales oscilan entre el 3 % y el 25 %.
5. Conocer nuestra situación financiera es clave para una gestión adecuada
Al igual que sucede cuando solicitamos cualquier otro tipo de financiación, conocer nuestra situación financiera es fundamental para poder hacer una buena gestión de este tipo de préstamos. Así pues, dado que los intereses tienden a elevarse cuanto más amplio sea el plazo de amortización, establecer un presupuesto mensual que nos permita gestionar nuestras finanzas personales y destinar el mayor porcentaje posible al préstamo posibilitará que ahorremos una cifra nada desdeñable en intereses. No obstante, su flexibilidad también puede jugar muy a nuestro favor si nos enfrentamos a un mes especialmente duro económicamente hablando, por lo que podremos adaptar la cuota a nuestras circunstancias en cada momento. También es básico que seamos realistas y no recurramos al crédito por sistema, sino que lo utilicemos como una opción que puede hacernos la vida más sencilla en un momento dado.
Por otro lado, además de actuar con cabeza a la hora de gestionar nuestras finanzas, es crucial que, si nos decantamos por un préstamo de estas características, confiemos en entidades que respeten los principios del préstamo responsable o responsible lending, como es el caso de Creditea. Estos principios pueden resumirse en tres: la ética, la transparencia y la responsabilidad.
En primer lugar, estas empresas no conceden créditos a quienes hayan demostrado problemas para devolver los préstamos con anterioridad (este es el caso de las personas incluidas en los listados de RAI y ASNEF). La responsabilidad conlleva que la financiera ofrecerá al cliente el producto más acorde a sus circunstancias. Y, finalmente, la transparencia implica que sabremos con certeza qué estamos contratando, sin cláusulas opacas. Con esta combinación de factores, podremos sacar el máximo partido a la financiación concedida y solventar esa situación urgente o concedernos ese capricho que tanto deseamos sin tener que hacer frente a dificultades añadidas.