“Cómo saber si soy moroso” es una pregunta que probablemente se han hecho muchas personas en alguna ocasión. De hecho, no es necesario acumular grandes deudas para acabar en una lista de morosos en España. Estas listas no son más que ficheros con registros realizados por acreedores, que dejan constancia de la identidad de las personas que tienen algún tipo de impago o deuda con ellos.
Hay múltiples registros de personas pendientes de algún pago, pero los más usados por las diferentes entidades financieras españolas son el Registro de Aceptaciones Impagadas (RAI) y la Asociación Nacional de Entidades de Financiación (ASNEF).
RAI se nutre de los datos aportados por el Centro de Cooperación Interbancaria (organismo creado por cajas, bancos y diferentes cooperativas de crédito) y dispone de los datos relativos a los impagos de personas jurídicas. En este fichero se registran las deudas de un importe igual o superior a 300 euros y en él han de constar en documentos firmados por el deudor, reconociendo la deuda extraída.
Por su parte, ASNEF cuenta con una base de datos obtenida a través de la información que le proporcionan diferentes entidades: bancos, aseguradoras, empresas de telecomunicaciones o servicios, etcétera.
El motivo principal por el que podemos entrar en estas listas de morosos es el impago de una deuda vencida, ya sea un recibo o una cuota. En términos legales, debemos ser informados, en el plazo máximo de un mes de que hemos sido incluidos en una lista de morosos. No obstante, por diversas circunstancias como un cambio de dirección postal o cualquier inconveniente a la hora de contactar, en ocasiones estas notificaciones no llegan a los correspondientes afectados, que no son debidamente informados y desconocen su condición de morosos.
En cuanto a las consecuencias, formar parte de un fichero de morosos puede imposibilitar la contratación de cualquier producto financiero como un préstamo a plazos. Por ello, lo aconsejable, además de estar al corriente de los pagos, es informarse y tener constancia de si nos han incluido en algún fichero de morosos en algún momento sin previo aviso. El simple hecho de que la baja de una compañía telefónica no se haya cursado como es debido, o que en algún momento no hayamos leído la letra pequeña en un contrato de prestación de servicios, puede haber derivado en la incorporación de nuestro nombre y apellidos en una de estas listas.
Por fortuna, saber si nuestro nombre figura en una lista de morosos resulta sencillo, ya que cualquier persona incluida tiene derecho de acceso al registro para conocer quiénes son sus acreedores, cuánta cantidad le reclaman y cómo ponerse en contacto con ellos. Además, si los datos no son certeros, el ciudadano tiene derecho de cancelación (pidiendo que se elimine la información inadecuada o excesiva) o rectificación (corrigiendo los datos que no sean exactos).
Para tener constancia de si hemos entrado a formar parte del fichero de RAI, tan solo hay que acceder a su página web y cumplimentar un formulario de solicitud. En el caso de ASNEF, es posible saber si se es moroso por varias vías: a través de su página web, correo electrónico, correo postal o teléfono, sin que nos suponga ningún coste.
En principio, para salir de estos listados basta con saldar la deuda pendiente, pero es aconsejable que el afectado verifique que su nombre ya no figura en el fichero de morosos. Si comprobamos que seguimos apareciendo, debemos ponernos en contacto con la empresa para que nos borren definitivamente y, por lo general, nos pedirán que demostremos por escrito que hemos saldado la deuda al 100 %. En cualquier caso, una persona puede oponerse a que sus datos aparezcan en una lista de este tipo amparándose en la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), que tramita reclamaciones tras presentar la documentación de baja en estos archivos y no recibir respuesta.