Conseguir un préstamo, un crédito o cualquier otro tipo de financiación cuando se está en situación de desempleo resulta mucho más complicado que cuando se está trabajando y desarrollando una actividad laboral remunerada.
Sin embargo, incluso cuando una persona se encuentra recibiendo ingresos periódicos en forma de prestación por desempleo o subsidio de paro, las entidades financieras convencionales y las de créditos rápidos pueden llegar a ser más reticentes a la hora de ofrecer financiación.
Entonces, ¿significa esto que una persona en el paro y sin ingresos no puede acceder a un préstamo?
A priori, la respuesta es no. La mayoría de préstamos se hacen en base a una garantía personal, es decir, con la certeza de que, si vas a pedir un préstamo, dispones de los recursos necesarios para devolverlo, ya sean en forma de ahorros, salario, patrimonio, etc. Ante este tipo de préstamos, la ausencia de una nómina supone un hándicap importante para que se acepte la solicitud. Si a ello añadimos la ausencia total de ingresos periódicos, la posibilidad de que éste sea aceptado se antoja complicada.
En estos casos, al no percibir ingresos, podemos optar por explorar otras opciones, como los préstamos con garantía real. ¿Qué son? Un tipo de préstamos que exigen un bien o un activo patrimonial como garantía. De esta forma, si no cumples con tus obligaciones financieras, el prestamista tendrá derecho a quedarse con dicha garantía a modo resarcimiento.
Cuando una persona que no posee ingresos periódicos solicita un préstamo con garantía real, lo primero que se hace es evaluar su patrimonio. En base a esa información, se inicia un proceso de valoración denominado scoring, a través del cual se analizará la concesión del préstamo.
El scoring consiste en asignar una puntuación a una serie de datos (además de la situación patrimonial previamente analizada) como la profesión, edad, estado civil o antigüedad en el trabajo del solicitante. Si, al sumar todas las puntuaciones, el valor final supera el mínimo establecido por la entidad, lo habitual es que se conceda el préstamo y se emita una oferta vinculante. En esta oferta es obligatorio que el cliente quede perfectamente informado sobre el tipo de interés que se le va a aplicar y el cuadro de amortización del préstamo.
Basándose en toda esta información, el solicitante en paro y sin ingresos deberá evaluar muy cuidadosamente los riesgos de solicitar este préstamo. Un solicitante que se encuentre en una situación económica delicada, como es este caso, puede afrontar la pérdida del activo en garantía si no es capaz de obtener ingresos futuros para saldar la deuda. Por ello, si estás evaluando pedir un préstamo con garantía real, desde Creditea te recomendamos que analices la situación y tu necesidad de crédito, ya que, en lugar de ayudarte a superar un momento complicado, puede dificultar la gestión de tus finanzas.
Esto ocurre en los casos en los que el solicitante está en situación de desempleo y no percibe un dinero periódicamente, pero, ¿qué ocurre cuando, a pesar de estar en paro, sí recibe ingresos mensuales? ¡Vamos a verlo!
Si estás en situación de desempleo pero percibes ingresos periódicos puedes solicitar un crédito, pero tendrás que cumplir con algunos requisitos como ser mayor de 18 años, tener nacionalidad española o un permiso de residencia y no acumular deudas pendientes de pago que superen cierta cantidad de dinero (por lo general el límite suele estar en torno a los 1.000 euros, pero cada entidad tiene su política). Además, necesitarás contar con un justificante de ingresos periódicos, con independencia de dónde provengan (prestación, subsidio, pensión…).
Pero ahí no termina el proceso. Para acceder a un préstamo, antes deberás rellenar un formulario al que normalmente podrás acceder a través de la página web de la entidad de crédito. En ese formulario tendrás que aportar tu Documento Nacional de Identidad (DNI) y un justificante que certifique tus ingresos mensuales. Este último documento es fundamental para medir tu solvencia y, por ello, tu capacidad de devolver el dinero prestado.
Una vez esta información ha sido enviada, se realiza una verificación de los datos ofrecidos, se evalúa minuciosamente cada situación concreta y, si se estima oportuno, en pocas horas o, incluso, minutos, se suele proceder a realizar el ingreso del importe en la cuenta del solicitante.
Existen, en la actualidad, multitud de soluciones para aquellas personas que precisen de ayuda financiera para afrontar sus pagos. Sin embargo, se hace imprescindible hacer un uso responsable de estos recursos. Es por ello que entidades de crédito como Creditea evalúan cada caso y prestan apoyo a sus clientes para ayudarles a tomar decisiones financieras responsables teniendo en cuenta sus recursos reales y potenciales.